Se considera que el cactus de San Pedro, o Huachuma, para darle su nombre en quechua, tiene un espíritu principalmente masculino lo cual le convierte en un excelente complemento a la medicina de la ‘Madre’ Ayahuasca, cuyo principio es femenino. Esta antigua planta medicinal de la Cordillera de los Andes tiene una acción médica bastante diferente a la de Ayahuasca, y su efecto se considera generalmente mucho más suave y más placentero.
Las ceremonias de San Pedro habitualmente tienen lugar durante el día. La energía de esta medicina nos ayuda a potenciar las impresiones sensoriales, lo que normalmente es bello puede volverse trascendentalmente bello. Los chamanes incluso afirman que uno mismo puede verse más bello cuando bebe San Pedro. También puede haber ocasiones en las que sí sea apropiado realizar una ceremonia de San Pedro durante horas de oscuridad, para recibir mensajes de los espíritus nocturnos de las plantas, principalmente a través de intuiciones, aunque, algunas personas pueden encontrar un poco difícil sostener la energía del San Pedro en ausencia de estímulos visuales.
El efecto medicinal de San Pedro es bastante diferente al de la Ayahuasca. Este cactus de rápido crecimiento pertenece a la misma familia que el Peyote y contiene mescalina –un componente químico con efectos psicodélicos naturales. El estado de conciencia no ordinaria que se experimenta con el San Pedro dura aproximadamente 12 horas y suele activarse una o dos horas después de ser ingerido. A diferencia de la Ayahuasca, el movimiento no está, por regla general, limitado con el San Pedro y tampoco es habitual que hayan vómitos; por el contrario, suele experimentarse calor y mucha energía, incluso energía sexual. También, la mayoría de los participantes se mantienen lo suficientemente lúcidos como para conversar normalmente, aunque a veces, puede surgir un impulso espontáneo de reír incontrolablemente. Se pueden experimentar visiones, pero no es lo habitual, la mayoría de la información proviene de intuiciones fuertemente sentidas.
Unas horas después de tomar la medicina, todos participan en uno de los tantos rituales ancestrales Shipibo que se conservan en Yosi Ocha, como el ritual de los Palo Maestros, los rituales de piedra o los rituales de humo o fuego, entre otros. La función del ritual es elevar y purificar el espíritu, promoviendo la armonía en las esferas materiales y espirituales y la paz, la alegría y la prosperidad.

El San Pedro es una excelente medicina para experimentar la conexión energética con los elementos de la naturaleza. Es muy recomendable, mientras la medicina está activa, caminar y meditar en el bosque y establecer una comunicación consciente con los diferentes espíritus de las plantas y los árboles. Es fácil obtener respuestas de ellos, pero para ello es necesario plantear las preguntas y sostener la conexión hasta experimentar el contacto.
Muchos traumas pasados pueden resolverse durante las ceremonias de San Pedro, incluyendo a veces, las dificultades kármicas arrastradas de vidas pasadas. Trabajar con San Pedro implica un proceso interno de autosanación y una conexión directa del yo con las fuerzas de la naturaleza que conducen a un sentido expandido de conciencia, una apertura psíquica y emocional que ofrece una mejor comprensión de nuestra propia naturaleza y estructura interna. El estado de conciencia inducido por San Pedro también ayuda al paciente a comprender más claramente el proceso de limpieza que se realiza durante las ceremonias de Ayahuasca y ayuda a promover una mejor comprensión y conocimiento de uno mismo.
Son posibles varias formas de preparar el cactus huachuma, se puede consumir fresco y crudo, o bien se puede secar y reducirlo a polvo, el cual se hierve durante varias horas con agua para refinar un extracto más fuerte y, de hecho, se puede preparar con una mezcla de otras plantas medicinales, que pueden, por ejemplo, favorecer las visiones. Es esencial que la dosis sea administrada por un huachumero experimentado, en otras palabras, un chamán que sepa lo que está haciendo, que sepa exactamente cómo se ha preparado el medicamento. En Yosi Ocha, todas las medicinas son preparadas por nosotros mismos y lo más cercanamente posible al momento de la ceremonia para conservar así todas su propiedades intactas.