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MERAYAS SHIPIBO – GRANDES MAESTROS DEL CHAMANISMO

Todos los chamanes son curanderos únicos y especiales, capaces, en diferentes grados, de interactuar en dos mundos diferentes, tanto en el plano espiritual como en el material. Es importante que aquellos que deciden hacer incursiones en la práctica del chamanismo tengan una vocación demostrable para servir a los demás, salvar vidas y no ser susceptibles a las artes negras. 

En la gran mayoría de casos, la decisión de dedicarse al arte de la sanación no es una decisión personal, sino que son seres elegidos por los espíritus que constantemente velan por el equilibrio de la vida. Por ello, entre las primeras cosas que debe aprender el aprendiz de chamanismo es a protegerse usando sus arcanas, o protectores espirituales, como escudos contra los espíritus malignos que intentarán hacer daño porque ven al futuro curandero como una amenaza hacia ellos mismos.

Si quiere tener una larga vida, el chamán debe ser muy hábil para obtener la ayuda de entidades benévolas y defenderse de las malvadas – por no hablar de la importancia de ser capaz de distinguir entre las dos. Estas entidades tienen acceso a información sobre la condición humana que nosotros no tenemos, al menos no directamente. Los espíritus pueden diagnosticar la enfermedad de un paciente y recetar tratamientos naturales y terrenales. También pueden ayudar al chamán llevando a cabo la curación espiritual del paciente, restaurando la armonía entre el cuerpo espiritual y el cuerpo físico. Mircea Eliade (1907-1986), uno de los primeros investigadores del chamanismo comparativo, describe el estado de trance del chamán como «éxtasis»: él o ella está literalmente viajando a través del éxtasis, cooptando la asistencia de habitantes más susceptibles de otras dimensiones como parte del proceso de curación de un individuo, o tal vez para resolver las dificultades que enfrenta la comunidad en general.

Los verdaderos chamanes o curanderos de la cultura Shipibo también tienen el don de la clarividencia, así como el poder de curar, la capacidad de comunicarse con diferentes espíritus y viajar a través de diferentes reinos; el ‘más allá’; el mundo de los seres bajo el agua; el mundo no contaminado en lo profundo del bosque, y, de hecho, la totalidad del espacio cósmico y otras dimensiones paralelas. Específicamente, tales chamanes tienen el poder de entrar en el subconsciente de su sujeto, o paciente, durante sus trances de Ayahuasca y explorar su pasado, presente y las probabilidades de su futuro, y guiados por los diferentes espíritus de las plantas maestras pueden diagnosticar y curar una gran cantidad de enfermedades.

Con el paso del tiempo, salió a la luz la existencia de ciertos chamanes muy reconocidos dentro de la tradición Shipibo, conocidos como los Merayas. Con este término se define a aquellos curanderos que han alcanzado la cima del logro chamánico, han logrado armonizar completamente sus auras con los seres de la naturaleza y, por lo tanto, pueden ver los seres sobrenaturales que viven en el interior del bosque y los grandes espacios acuáticos y cósmicos, así como viajar por los diferentes mundos.

Además, los Merayas pueden cambiar su forma física y transformarse en un animal (un puma, un águila, una anaconda, un jaguar, etc.) o un objeto, o incluso volverse temporalmente invisibles. Se desconoce cómo alcanzan estos estados, tal vez por alguna forma de hipnosis masiva. En el mundo del chamanismo Shipibo, Yosi Ocha – el abuelo materno del Maestro Heberto – es considerado como el último de los Merayas.

Se cuentan historias sorprendentes sobre los chamanes que asumen la forma de aves o bestias nocturnas, y que viajan a diferentes lugares por diversos motivos, generalmente para curar las dolencias de un paciente. Muy a menudo, la persona visitada por el chamán solo es consciente del proceso de curación en el estado de sueño. Otros están hipnotizados temporalmente para que los espíritus convocados por el chamán puedan operar en el cuerpo del paciente, no están despiertos ni dormidos, sino en un nivel intermedio donde pueden ser conscientes de que los espíritus los están curando y al día siguiente, su enfermedad desaparece milagrosamente. Este es el proceso que se conoce como curación a distancia.

El proceso de curación, ya sea físico, mental o espiritual, y la naturaleza de la dieta que debemos observar con cada chamán individual, no son pautas rígidas que deben mantenerse religiosamente en todos los casos: los métodos de cada chamán varian en cierta medida dependiendo del aprendizaje particular que recibió de sus maestros, tanto chamánicos como espirituales.